Tratamiento del agua

Un problema común en los hogares tiene que ver con la calidad del agua que, dependiendo de la zona donde vivas, podría ser dura o blanda según la cantidad de cal que contenga

Este exceso de cal o de magnesio puede perjudicar tu piel, tu pelo e incluso, perjudicar y acortar la vida de los electrodomésticos de casa que utilicen el agua de la instalación, así como la ropa y la vajilla. Para solucionarlo existen los descalcificadores de agua.

Instalar un descalcificador de agua puede ofrecer múltiples ventajas relacionadas con la salud, bienestar, vida útil de los electrodomésticos e incluso contribuir con la economía de tu familia.

A la hora de decidirse por un descalcificador, lo mejor es optar por un descalcificador de agua para toda la casa.

Al eliminar o reducir la cal del agua, también ayudarás a cuidar tu piel y cabello porque el exceso de este mineral produce sequedad, además puede provocar picores, rojeces e incluso generar reacciones alérgicas.

Otra razón tiene que ver con el ahorro en productos de limpieza. Con el agua descalcificada gastarás menos en productos antical, detergentes, jabones, entre otros, porque podrás utilizar la mitad de lo que sueles usar y obtener el mismo poder de limpieza.

Además, este tipo de agua es más respetuosa con las fibras de algodón y otros textiles, lo que significa que también cuidarás tu ropa. Y no solo esto, sino que alargarás la vida útil de algunos electrodomésticos como el lavavajillas, lavadora y caldera. La cal presente en el agua suele acumularse en las piezas básicas de estos aparatos, lo que producen averías costosas de reparar.
El exceso de cal en el agua también perjudica las cañerías porque las obstruye con el paso del tiempo. Con el agua descalcificada también se puede alargar la vida útil de la grifería, o incluso de equipos como bañeras y duchas de hidromasaje.

Un descalcificador de agua es un equipo, de diferentes tamaños, que se utiliza para eliminar el exceso de sales de calcio y magnesio en el agua, mejorando así su calidad.

Esto se logra a través del uso de resinas de intercambio iónico, las cuales funcionan como un filtro que retiene los minerales y libera sodio. Los descalcificadores constan de tres elementos: una botella donde se deposita la resina, una o varias válvulas y un depósito lleno de sal.

El descalcificador de agua tiene un funcionamiento basado en un proceso químico y mecánico que permite eliminar las partículas de calcio y magnesio presentes en el agua. Estos están formados por tres partes: el recipiente que contiene resina, un conjunto de válvulas que permiten el filtrado del agua y un depósito donde está la sal.

El trabajo de la resina es capturar los iones de calcio al tiempo que desprende iones de sodio. Así, al producirse este intercambio, el agua se ‘ablanda’ porque se elimina el exceso de calcio. Por ello, la resina es el elemento clave del filtrado del agua, ya que cuando el agua pasa por ella, los minerales quedan retenidos, por lo que se consigue aislar dichos componentes.

La cantidad de iones de calcio y magnesio que puede retener la resina es limitada, por eso el volumen de agua que puede tratar un descalcificador también lo es.

La regeneración es el proceso en el que los iones de sodio se liberan en la resina, así como los iones de calcio y magnesio retenidos durante el proceso de descalcificación.

La regeneración realiza a su vez varios procesos, gracias a los cuales la resina vuelve a quedar cargada de iones de sodio, el depósito de sal listo para su utilización y podrá empezar de nuevo el proceso de descalcificación.

Si el agua contiene más de 17,12 mg/L de sales de calcio y magnesio se considera dura. No obstante, debes saber que un nivel de dureza del agua de hasta 59 mg/L sigue siendo apta para su utilización en casa. En caso de que tenga más de 121 mg/L de minerales no es apta para el consumo. En la mayoría de los lugares, el agua no supera esta cantidad, pero aun siendo menor, aunque no es perjudicial para el consumo, su sabor puede resultar desagradable.

La válvula del equipo hace circular el agua el sentido contrario al habitual por el lecho de resina cargada con iones de calcio y se envía al desagüe.

La válvula del descalcificador aspira agua cargada de iones de sodio del depósito de salmuera haciéndola pasar por la resina y libera el exceso de sodio. A su vez, y para poder retener este sodio, la resina libera la cal. Esta agua se desecha al desagüe ya que contiene toda la cal retenida en la resina.

Con la resina ya regenerada, el equipo realiza un último lavado rápido de la resina para evitar el sabor salado del agua.

La válvula del equipo repone el agua en el depósito de salmuera.

La función de todos los descalcificadores de agua domésticos es la misma, reducir la cantidad de cal presente en el agua. Sin embargo, no todos los modelos funcionan de la misma manera. Por ello, para elegir uno para tu casa debes fijarte en ciertas características clave.

Los descalcificadores de agua pueden funcionar con dos sistemas diferentes: los que utilizan sal para obtener el agua limpia y los electrónicos, conocidos como descalcificadores de agua sin sal.

Los descalcificadores de agua con sal son los más comunes y basan su funcionamiento en el intercambio de iones. Para suavizar el agua la hacen pasar por dos depósitos, uno que contiene resina y otro que tiene sal. De esta manera los iones de calcio y magnesio, que son los responsables de la dureza del agua se reemplazan por iones de sodio.

Los descalcificadores de agua electrónicos, por su parte, son modelos sencillos y compactos, pero no muy eficientes cuando la dureza del agua es alta. Además, hay que considerar que este aparato no elimina realmente la cal del agua como sí lo hacen los de sal, sino que la procesan cambiando su carga eléctrica para que así no se acumule en las tuberías ni generen problemas en los electrodomésticos.

Si optas por un descalcificador de agua de sal, deberás prestar atención a la calidad de la resina que tiene. La resina es un producto sintético en forma de pequeñas partículas esféricas que son indispensables para que el equipo realice el proceso de descalcificación. Gracias a ellas es que se eliminan los iones de calcio y magnesio porque desprende iones de sodio para ablandar el agua.

Por esta razón, la resina para descalcificador de agua debe ser de óptima calidad. Así que, al momento de elegir un modelo, debes asegurarte de que cuente con resina de alta calidad alimentaria. Además, al ser la resina el filtro descalcificador de agua, es importante que esta posea una cantidad suficiente para que el filtrado sea el mejor posible. Dependiendo de la capacidad de tratamiento, el aparato necesitará entre 5 y 30 litros de resina. Lo puedes comprobar en las especificaciones del modelo concreto que te interese.

Al momento de elegir un descalcificador de agua debes conocer previamente la dureza que tiene el agua de tu zona. Es un factor muy importante.

Y es que de esto dependerá la cantidad de resina necesaria para eliminar la cal del agua. Recuerda que las aguas duras tienen entre 100 y 200 mg/l de carbonato cálcico, mientras que las blandas tienen menos de 50 mg/l.

Debes saber que un litro de resina puede eliminar 60 mg/l por m3 de agua. Por tanto, es clave conocer la dureza del agua para saber qué tamaño de descalcificador necesitas.

Otro aspecto a considerar es la cantidad de agua que es capaz de descalcificar el aparato. Puedes encontrar descalcificadores de agua para casa pequeños o grandes, pero debes elegir uno dependiendo de la cantidad de personas que vivan allí y de las necesidades de agua que tengan.

Según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), el consumo diario de agua promedio por persona es de 132 litros. Revisa la capacidad de cada modelo y para el número de personas que está recomendado.

Es recomendable que se coloque en la entrada principal de agua a la vivienda, que suele estar en la cocina, en el garaje o en la lavandería. Así, proteges toda la instalación de la casa y solo necesitas tener un aparato.

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